Pasando un día en el Jarama

Buenos días familia…

Creo que nunca he hablado de mi profesión. Actualmente me dedico a formar a chiquillos y no tan chiquillos para sacarse el permiso de conducir. Sí, soy profesora de formación vial… Con ello os imagináis lo forofa que soy de los coches, y lo friki que puedo ser si os llevo a mi izquierda en vuestro coche… Vamos, que mis amigos y familiares, me dicen que no desconecto… Sorry, pero es que soy así…

En fin, como os decía, me encanta mi profesión y el año pasado por estas fechas (Abril’16) fuimos a pasar un día al Jarama, porque había unas carreras de coches clásicos, tuneados… No penséis que era un Rolls-Royce … Eran coches de hace unos 15 años, que les habían puesto motores especiales y demás. DSC_0698

La verdad es que fue un espectáculo que a las niñas no les gustó mucho, pero a los niños les flipó… Los niños flipaban con las velocidades que cogían esos coches (imaginaros un citröen AX derrapando en curvas, o un Renault Clío del año chimpún cogiendo velocidades imposibles… Sinceramente, a mí me encantó todo, ese ruido, esas rectas, esas curvas y sus derrapes…

Siempre me ha gustado la Fórmula 1, soy fan fan super fan de Fernando Alonso, y esto es lo más cerquita que he estado de ver las carreras. Ese momento en el que pasan por línea de meta es sensacional,  y la salida del principio es mágica.

Os animo a que echéis un vistazo a la página del Jarama, porque a veces hacen eventos de estos que pueden ser motivadores para los enanos. Este al que fuimos nosotros, además fue gratis, con lo que vivimos la experiencia, compartimos estos momentos adrenalínininicos (subidón, subidón) y encima por nada de dinero.

Allí tienen una cafetería en la que te puedes tomar un rico café y puedes ver fotos antiguas de las carreras que han tenido lugar allí.

Mi padre va todos los años a la carrera de camiones, que es por Octubre, y viene siempre encantado.

Para los amantes de la velocidad, sé que existen paquetes en los que puedes conducir un ferrari, o un porsche, por el Jarama … y sentir esa adrenalina tú mismo. A mí me encantaría hacerlo, pero soy un poco cagueta y creo que luego no iría más de 150km/h …

Espero que os haya gustado la entrada…

Saludos

 

…No tires la toalla…

Buenos días familia…

El post de hoy va dedicado a esos momentos en los que creemos que ya no podemos más, que todo nos supera…

Sabéis que hay ciertas épocas que se dice que el tiempo afecta. Hay gente que odia el invierno porque la lluvia parece que le roba la energía. Otros, como yo, el sol del verano sentimos que nos machaca. Es verdad que es genial el verano porque se pueden hacer muchísimas cosas, salir hasta tarde, piscina, playa, parque de atracciones, terracitas… La verdad es que el verano es una época en la que se disfruta mogollón de los amigos, de la familia… Se comparten muchas horas y ves que te cunde el día. Pero sí, amigos, a mí el sol me destroza por mis migrañas (de eso ya os hablaré más adelante)…

Como os decía, hay quien se ve afectado por el tiempo, y se decae… Otros, la mayoría, nos vemos superados en ciertos momentos por la cantidad de problemas más gordos o no, que tenemos en nuestra vida cotidiana.

Situaciones estresantes del día a día, puede ser que el coche no arranque, o que el horno se nos haya estropeado… Pero el problema está, cuando no son estas situaciones estresantes las que hacen que nos veamos superados y al borde del precipicio.

Esas situaciones de borde de precipicio, son esos problemas que se mantienen en el tiempo y que vemos que a corto plazo no tienen solución. Si habéis leído mis post anteriores, habréis visto que el problema que tenemos en casa es que Victoria no mastica todavía, con normalidad, a los 7 años. Uno es positivo, e intenta ver que Victoria va comiendo cositas, que fíjate lo que nos ha costado llegar al punto en el que estamos, que ya come sus albóndigas y sus gusanitos… Y muchas cosas más…

Ese es el ideal, ser positivos, pero hay días que uno lo ve bastante negrillo, porque aunque ya sabe el movimiento de la boca al masticar, y las sensaciones que conlleva la acción…¿por qué no puede normalizar la situación? ¿por qué no coge un día y me dice que no quiere puré y que le ponga un filete?

La verdad es que la crianza de los niños es complicado, como siempre digo, y no vienen con un manual de instrucciones. Si a eso le añadimos una dificultad … ¡¡¡rizamos el rizo!!!

¿Cómo afrontamos estos días negrillos en casa? Intentamos valorar el momento de que decide probar alimentos (como ayer, un trozo de almendra), que decide que hagamos palomitas y ella se come las blandas… Y no todo es relacionado con la comida, cuando la cosa se pone «chunga», solemos hacer cosas para cambiar el chip. Nos vamos al cine, a algún sitios con los amigos…

De esta manera, intentamos salir de la «espiral negativa» y positivizar lo máximo posible.

Y recordar chicos, que estos problemas, suelen tener solución, y que es a largo plazo… Pero que todo llega… Y ESTOY SEGURA QUE LLEGARÁ EL FIN DE LA ERA PURÉ. Nunca tiréis la toalla… ¡¡¡a luchar!!!

Un besazo

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Os presento a Felipe

Buenos días:

Esta entrada la voy a dedicar a nuestro peluche más querido en la familia… Felipe…

Felipe es un pingüino, que lleva con nosotros la tira de años… La tira de lavadas, la tira de eventos, la tira de momentos… Es uno más de la familia…

Todo empezó un día que lo vieron en un escaparate de una tienda del barrio. A Victoria se le antojó, y mi madre, se lo compró porque ese día se habría portado bien o simplemente porque le apetecía.

¿Quién bautizó al pequeño pingüino así? ¡¡¡Victoria!!! Decidió ese nombre, y la verdad es que en nuestro grupo de amigos, de familia… todo el mundo sabe quién es Felipe.

Con Felipe podemos irnos a todos los lados, es eternamente achuchable, le encanta comer con Victoria y su prima Inés, le encanta dormir con ella, le encanta ver Bob Esponja…

Con Felipe hemos bailado hasta cansarnos, hemos ido a la playa, hemos ido a Cádiz, a Galicia, a Torrevieja, a Valencia…

No nos imaginamos ahora una vida sin Felipe. Es insustituible…

A Victoria le aporta seguridad, le hace compañía… Muchas noches le digo a Victoria que si me deja a Felipe para dormir con él,  y siempre me dice que no… Que es que le quiere mucho y no puede dejármelo…

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Me da cosilla porque Felipe, llegará un momento en que su telita se rompa… Menos mal que hace tiempo conocí un sitio genial donde podemos seguir soñando con tener a estos amigos para siempre. Se llamaba «Hospital de juguetes». Es un local donde se encargan de reparar todo tipo de juguetes. Desde daños electrónicos hasta simplemente reparar un osito de peluche al que se le ha ido el relleno y la tela ya no hay manera de «domarla». Me encantó ver la cara de un niño cuando le dieron su osito preferido ya reparado… Una cara de ilusión que tenía, que daban ganas de achuchar al señor que lo arregló, al niño que tenía el oso, y hasta a la madre…

¿Tenéis un amigo de tela insustituible?

Me imagino muchas veces a Victoria pensando, sintiendo, viviendo la vida junto a su Felipe así:

Un saludo a todos!!!!

¿Acampamos?

Si yo le hago esta pregunta a Victoria se le pone una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos reflejan entusiasmo e ilusión.

Es genial como de vez en cuando le hago esta pregunta, y no duda por un momento y su respuesta siempre es. ‘¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Síííííííííííí!!!!!!!!!!!

Un día se me ocurrió que en casa podíamos hacer una acampada con los sacos de dormir. Hacerlo como si fuéramos a dormir en tienda de campaña, en el suelo…

Empezamos a prepararlo todo, con los aislantes en el suelo, encima de la alfombra, sacos extendidos… Vamos, un despliegue de merchandaising de acampada impresionante. Llegó la hora de meterse en el saco, eso sí, también pusimos nuestras almohadas, y de repente digo yo: vamos a estar muy incómodos, nos va a doler la espalda…

Total, que cogimos 2 colchones y los pusimos juntos para que cogiéramos los 3… Nada, acampamos esa noche, pero dormimos muy incómodos.

La ilusión, como no se nos quitó, hizo que fuéramos perfeccionando la técnica de «camping hogareño». Y ahora dormimos cada uno en un colchón, en nuestros sacos, todos juntos en el salón.

A Victoria le encanta porque dormimos los 3 juntos, o mejor dicho los 6. Que Pancho también hace acampada, y luego duermen con Victoria su pingüino Felipe (que ya os lo presentaré) y su oso Pilu.

Me encanta que ella sea también la que proponga que hagamos acampada, porque te lo dice con una ilusión, y esos ojitos reflejan esperanza en conseguir su propósito.

Esta actividad, que podríais pensar que es una chorrada, le motiva mogollón. Le encanta ayudar a poner todo en orden, a traer los sacos, colocar las almohadas, el agua para la noche, los kleenex, linterna… lo que os digo, todo el tema de camping.

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Este finde pasado, metimos una variante nueva… Mi casa es muy pequeña, y tenemos una mesa en el salón con 6 sillas que solíamos apelotonar para que nos cogieran los colchones. Este sábado cogimos y pusimos la mesa y sillas delante de la tele, para tener más espacio para la acampada. Victoria encantada, porque además por la mañana podríamos desayunar todos frente a la tele y disfrutar de ese momento familia.

Estos momentos, para ella son tan especiales… Tiene unos padres (que a su juicio) son unos locuelos, y hacen cosas divertidas…

¿Qué cosas hacéis vosotros con vuestros gordis para que se motiven? Dadme ideítas….

Un besazo

¿Se puede ser más payasa?

… Me encanta ser una payasa… Y me encanta que mis niñas también lo sean…

Hace unos cuantos años, estuve por circunstancias de la vida, con 2 personitas que amo con locura… Sí sí, Laura y Sara…

Estas chavalas de ahora 19 (casi 20) años, se han medio criado a mi lado, y bueno, tengo el lujo de contar con ellas siempre para todo, incluso para todas las payasadas del mundo mundial…

Hemos compartido tantos momentos, a cual de ellos más absurdo o genial o divertido o especial o o o o… Podría escribir 18 entradas sobre ellas…

Con ellas he aprendido un poco a ser madre, y lidiar con problemas cotidianos de «es que quiero que me quede el pelo igual que a Sara», o «es que Laura lleva mi pantalón y yo lo quiero», jaja… ¿Os imagináis a estas princesas a la hora de vestirse? Era todo un show.

He intentado con ellas educarlas en ciertos valores que creo fundamentales en la vida: humildad y sinceridad.

Recuerdo momentos entrañables a la hora de la cena, cuando eran peques, momento zombie de Sara por la noche y que luego no se acordara de nada al día siguiente, momentos de jugamos a la peluquería de verdad, en los que nos tenían fritos a colonia de Barbie y agua…

Estas niñas nos han hecho pasar días geniales. Un día Laura viene y me pregunta: Ana, ¿qué es ser virgen?… En este momento se te pone cara de «qué la digo yo a esta», y sales con otra pregunta ¿a qué viene esto Laura?. Respuesta de ella: es que Carmen me ha dicho que ella no es virgen y me ha preguntado si yo lo era(a los 11-12 años)… Y le digo: ¿y tú que le has dicho? Ella: Que no.

Jajajaja… Yo ya no sabía dónde meterme… Me invento una historia sobre Jesús y demás historias, y unos días después va y me dice que la he engañado, que lo ha mirado en Wikipedia, y ser virgen es otra cosa, que es no haber tenido relaciones sexuales.

Y le digo: ¿Qué es eso de las relaciones sexuales?

Ella me lo explica (no hace falta que os lo explique yo, ¿no?), y yo me meo de la risa…

Aysss Laura, que inquietudes tenía.

Y Sara, y su vergüenza para contar las cosas… Recuerdo cuando me dijo que tenía novio, casi la tengo que buscar debajo de la cama de Torrevieja… Qué niñita más inocente… Y cuando se picaba por intentar tener mejor nota que una niña de su clase. Cómo la jorobaba que la otra hubiera sacado en un examen un 10 y ella sólo un 9,5.

Mis niñas han crecido, hemos vivido muchos momentos juntas. Lo más mágico, when dreams come true: Viaje a Disney. Ese primer viaje en avión, con esas maletas, con unas pequeñas de 9 años… Las dimos tralla a tope, viendo Versalles, París, Louvre. Ese momento twins en Versalles (a ver si encuentro la foto)IMGP2452

Y lo bien que lo pasamos en Disney… Jamás olvidaré la magia de ese viaje. Sencillamente fue Disney forever…IMGP2477

Y cuando os llevamos a ver el musical de High School Musical. Que pequeñas eráis, y cómo disfrutamos. Y cumplisteis años y fuimos a ver Hoy no me puedo levantar (nadie superará mi récord).IMGP3885

Cuando fuimos al aparcamiento de Torrevieja, y vimos que la gente no sabía aparcar… Esa nota… «Por haber aparcado mal, que te den por el ojal»

Y el momento «¿alguien quiere la alita de pollo? Nadie la quería… Y salta Laura, pues la echamos a suertes: en la casa de pinocho… ¿A quién le tocó? A Laura!!! Premio gordo!!! Si se pudiera rebobinar la cinta, y verle la cara… Era para morirse de risa.

Quiero seguir por siempre jamás a vuestro lado, es que cada minuto junto a vosotras sé que me voy a mear de la risa.

Eso sí, os pido por favor, que criéis a mi gordita como yo os he criado a vosotras… En la más absoluta risa!!!

Sois unas payasas que me seguís el rollo siempre, que siempre estáis a mi lado, que siempre vivís al máximo cada momento.

Os quiero mucho mis niñas…

… Aprendemos a montar en bici…

Hace ya algún tiempo, a long time ago, decidimos ir al pueblo a poner unos tiradores a la cocina (dato irrelevante para esta entrada, jajaja)…

El caso es que ya que estábamos allí, aprovechamos para intentar enseñar a Victoria a montar en bici sin los famosos ruedines…

No sabemos si con 7 años, y unos 17 kg de peso, hemos sido muy animales o no… Pero ahí estuvimos con mucha paciencia y algún que otro tironcito de espalda enseñando a la enana a montar.

Esto me hizo recordar a mi abuelo Cándido, que me enseñó con mucha paciencia a manejar la bici, a no «estrellarme» contra las cosas… No sé el tiempo que tardé en conseguirlo, pero con lo torpona que he sido siempre, seguro que le dejé hecho polvo de la espalda.

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Es una tarea difícil para el niño, ya que no son capaces de ir rectos sin ir hacia esas plantas, farolas, cubos de basura… Y por supuesto, también es una tarea difícil para los padres, que oye, estamos ya «viejunos» y estar más de media hora en la postura esa, totalmente encorvados… ¡¡¡se necesitan siempre refuerzos!!!

También me hizo recordar mis aventuras con mi prima Nuria en un camping, creo que era el de Aranjuez, y nuestros «pinitos» con la bici sin ruedines… Recuerdo una recta, unos cubos de basura… y un golpe… jajajaja… Lo que os digo, torpona torpona… Y como Victoria haya heredado este gen, lo lleva claro la pobre (sólo os digo que no me gusta esquiar porque siempre estoy en el suelo).

Ese finde también reforzó su «técnica patinando», y sin caerse… ¿Por qué le gustará tanto ir sobre ruedas?

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En definitiva, compartimos momentos muy divertidos, y reviví parte de mi infancia en esa casa tan entrañable. Yo creo que mis abuelos estarían super contentos de ver cómo en su casa estamos disfrutando y enseñando lo mismo que ellos me enseñaron a mí.

 

Jugando a Disney Rummy!

Descubriendo este gran juguete…

Los Reyes Magos decidieron este año regalarle a Victoria el Rummy de Disney… Este juego siempre me había despertado interés, y sus Majestades dieron en el clavo…

Es un juego para niños a partir de 5 años, y se puede jugar de 2 a 4 juegadores… En este juego se estimulan las habilidades matemáticas y la atención visual.

¿Cómo se juega? Es fácil de comprender y además gracias a los dibujos de nemo, toy story, cars… se hace muy visual. Se trata de hacer grupos de números de distinto color o también grupos de números consecutivos, como si fueran tríos o escaleras.

Se pueden hacer grupos con las fichas que tú tengas, o bien, ir colocando tus fichas en los grupos que los demás jugadores hayan colocado. Gana el jugador que antes coloque sus fichas…

Las fichas son de plástico duro, con muy buena calidad.

Pasamos grandes ratos jugando en familia… Hasta nuestro querido Pancho nos quiere acompañar siempre… ¿Se puede ser más cotilla y cansino?

¿Habéis jugado a este juego alguna vez? Imagino que al de «mayores» sí, jajaja…

Un saludo familia!

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Etiqueta: trastorno de la conducta alimentaria

Y llega el día en que te ponen la «etiqueta» del problema que sufre tu hija…

Ese día llegó, y efectivamente, hubiéramos deseado que no llegara… Lo importante, es que gracias al tratamiento conseguimos esos pequeños-grandes logros, y vamos avanzando en la dirección correcta…

La psicóloga, como os dije, no se preocupa simplemente de si come o no come Victoria… Se preocupa de reforzar esa autoestima a base de hacerla ver que es una niña «como los demás», que puede ir a cumpleaños y comer gusanitos, hamburguesa… De hacerla ver, que los demás también están viendo sus progresos y se sienten orgullosos…

Es genial ver como este bache que hemos encontrado, hace que los demás también piensen en ella a la hora de celebrar cumples y a ver qué es lo que a Victoria le gusta comer…

En casa, cuando celebramos o quedamos con amigos, ponemos gusanitos, patatas, nachos… y todos comen, y Victoria siempre pide más gusa gusa gusa…

A los niños les encanta ver que Victoria ya puede comer albóndigas, por ejemplo, como ellos. Se les ve felices a compartiendo esos momentos de comida….

Gracias a la psicóloga también hemos ido reforzando su personalidad, a que aprendiera a decir que no, si alguien la decía cómo tenía que jugar o hacer determinadas cosas… Como os dije, es una niña que necesita tenerlo todo muy muy muy atado para sentirse segura. Un ejemplo, cuando en el parque de atracciones no conoce una atracción, no quiere montarse por si le da «susto»… Poco a poco, vamos superando miedos, barreras y sobre todo, poco a poco Victoria se va sintiendo orgullosa de esos logros que va haciendo…

En la próxima entrada os contaré cómo hacemos el tema de comidas debido a nuestro problemilla…

Un besazo

 

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¿Por qué no mastica?

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Esta pregunta unida a ¿qué hemos hecho mal? ¿por qué será? ¿no le gustará mi comida? nos la hicimos del orden de 3000 veces.

Sabemos que la alimentación de nuestros hijos sigue unas pautas que se suelen cumplir y que los padres aceptamos porque es lo mejor para ellos. Lo mejor, como ya sabéis, es lactancia materna, siempre que se pueda… En mi caso, no pudo ser, y estuvimos con los biberones de fórmula (y tan divinamente, aunque hubiera sido precioso poder hacerlo mediante lactancia materna). De ahí, a los cereales sin gluten, luego con gluten, papilla de frutas, purés… y de ahí a los sólidos…

Así es como se va haciendo, ¿verdad? Pues en nuestro caso, todo se vio alterado… Cualquier cambio que íbamos haciendo con Victoria, suponía un mundo, un drama y un llorar constante (tanto ella como nosotros). Nunca pudimos pasar de manera «natural» a esos sólidos…

Según iba creciendo Victoria notábamos que ella no sentía ningún interés como el resto de los niños por explorar el mundo con esos dientecitos… Victoria además nunca fue una niña de un apetito «despierto», así que claro, lo que todos los papás hacen de ir dándole chicha a los enanos, nosotros no pudimos hacerlo.

Íbamos al médico y nos decían que tranquilos, que no nos preocupáramos… Gracias a Dios nadie nos dijo que le ofreciéramos sólo comida sólida, y que si no, que no comiera… El sentimiento de culpa por no saber qué habíamos hecho mal siempre ha estado presente en esta unidad familiar… hasta que fuimos al Hospital Niño Jesús donde nos derivaron a la unidad de trastornos de la alimentación…

Sí, es muy fuerte que te deriven a algo tan serio… Pero lo que queríamos era que nuestra pequeña poco a poco fuera rompiendo esa barrera de miedo que tenía (y aún tiene) a la comida.

Jamás se atragantó con nada, nunca llegó a comer ni pan ni chuches ni nada (que mucha gente te pregunta: ¿pero no come ni pan? -noooo, cuando digo que no come nada, es que no come nada). Menos mal que de puré siempre ha estado bien alimentada, porque cuando llegas a esos sitios te das cuenta que tu hija no es la única, lamentablemente, que no come bien. Hay verdaderos problemas en estos pequeños, que se te cae el alma a los pies…

Tras 4 años de terapia de lunes a lunes, con la logopeda, con la psicóloga… y la terapia externa que tenemos, podemos decir que Victoria progresa adecuadamente (aunque muy des-pa-ci-to)… Ya va comiendo cositas sólidas, con sus preferencias sobre qué comidas le gustan más y qué comidas menos…

Doy gracias a este grupo de profesionales que nos está acompañando semana tras semana…

Doy gracias a mi familia, porque se ha volcado con ella, ayudándome a que pudiera ir a terapia (ya que con mi trabajo es prácticamente imposible), con la comida (haciéndosela semana tras semana)…

Y gracias a todos los que comprenden que para nosotros es un palo muy grande que con 7 años aún no coma sólidos… y que están con nosotros apoyándonos y luchando juntos…

un besazo

pd: odio el atún (a mi princesa le encanta)

Reforzando seguridad…

Hola !!!

Como os dije en la entrada anterior, me gustaría contaros el tema de reforzar seguridad de la princesa de la casa…

Ya os contaré en otras entradas, pero Victoria tiene un problema de la alimentación, desde siempre… Y bueno, está siendo tratada en el Hospital Niño Jesús…

Allí la ve su logopeda y su psicóloga… Su psicóloga nos explicó, en la primera consulta, que parecía que Victoria iba a ser una niña muy muy inteligente pero que necesitaba tener todo «atado», sabiendo qué iba a suceder en cada momento para así saber cómo actuar…

Al principio eso lo veíamos un poco como «no sé yo, eso es como muy genérico», pero poco a poco hemos ido afianzando y confirmando la teoría de su psicóloga.

Aparte de su problema de alimentación, Victoria a la hora de socializar necesitaba saber si la persona a la que se iba a acercar pensaba que era buena niña o no, tenía muchísimo miedo al rechazo, a que su amiga dijera que no quería ser su amiga.

Poco a poco, peleíta a peleíta  (jajaja), ha ido dándose cuenta que si esa niña en ese momento no quería jugar con ella, ella podía irse a jugar con su otra amiga a la que le apetecía jugar al mismo juego que a ella.

Es verdad que su «mejor amiga del mundo» juega con ella siempre, y que la quiere a morir, pero se ha dado cuenta que si esta niña falta por lo que sea, porque esté malita o  cualquier otra historia, puede jugar con las demás niñas o con los niños (aunque ellos sólo quieran jugar al fútbol 🙂 )

¿Cómo hemos conseguido que poco a poco sea más segura? Reforzando sus logros, dándole mucho mucho mucho amor, y sobre todo, restando importancia a esas cositas de niños que le pasan a todos…

Es lamentable cómo en ciertos colectivos de los colegios, hables con quien hables, ves cosas que es para echarse las manos a la cabeza. Parece mentira que seamos madres / padres… El comportamiento, en ciertos momentos, roza lo «animal».

¿Qué opináis?

un saludo!!!