Y por fin llegó el día

A lo largo del embarazo fantaseas sobre cómo va a ser ese día en el que tu bichito vaya a abandonar el hotel. Evidentemente surgen tantos miedos….

Recuerdo esas últimas semanas, cada día era un día más que pasaba en ese «final countdown» ( sí, se  que os recuerda al grupo Europe).

Esas últimas semanas te encuentras en una dicotomía: que el bicho desaloje el hotel y verle la carita , o seguir sintiendo  el embarazo  en todo su esplendor .

El miedo atroz a ese momento del parto cada vez se hace más frecuente, más intenso. En estos últimos días antes de dar a luz no paras de pensar en si vas a ser capaz de hacerlo, si al final vas a tener algún problema, si serás capaz de distinguir qué te has puesto de parto de por ejemplo un dolor abdominal…

Y de repente todas esas dudas se van resolviendo poco a poco. Recuerdo que dos días antes de dar a luz empecé con contracciones y un pequeño manchado que me hizo pensar que algo no iba bien. Cuando fuimos al hospital nos dijeron que era parte del tapon mucoso, que no me preocupara. Me fui tranquilamente a casa y pasamos dos días normales sin ningún tipo de problema. Y de repente el día de D llegó.

Empecé con contracciones muy fuertes, cada vez mas dolorosas y que no cesaban. Ahí es cuando ya supe que estaba de parto.

Acudimos al hospital y nos dejaron ingresados porque efectivamente estábamos de parto y poco a poco fue ocurriendo lo que yo había leído en el libro que os dije en uno de los post.

Las contracciones se sucedían más frecuentemente, más duras y al final solicité la epidural. No tengáis miedo en solicitarla.  Ya sé que os hacen firmar un papel con los posibles efectos adversos de ponerla,  pero creerme que es una maravilla.  Recuerdo que pasé toda la noche en el hospital con mi familia y estuvimos hasta contando chistes. La epidural hacía el efecto adecuado y aunque yo estaba muy nerviosa (porque incluso me temblaba de manera de irracional la pierna) no sentí ningún tipo de dolor.  Siguieron pasando las horas y cada vez estaba más dilatada, pero insisto sin dolor.

A lo largo de la noche, aproximadamente a las 6, me rompieron la bolsa porque ya era lo que correspondía y el parto se fue desarrollando de manera normal.

Las dudas que me surgían sobre si iba a ser capaz de empujar adecuadamente o no, pero no porque yo no supiera sino porque no sabía si eso le podía causar algún daño al bebé y respecto a cuantas horas podia estar asi me fueron surgiendo…

Menos mal que tuve un matrón que era encantador y yo le hacía todas las preguntas habidas y por haber ; y él con todo el cariño del mundo fue resolviéndomelas. Llegó un momento en el que yo ya tenía ganas de verdad de empujar, porque ya estaba totalmente dilatada y ahí justo empecé a tener dolor porque el efecto de la epidural ya se estaba agotando.

Mi matrón, Javier, me aconsejó y me dio a elegir si quería ponerme más epidural o no. Como os digo me aconsejó y yo me deje guiar por que él: me dijo que si me ponía más epidural igual los empujones para sacar al bebé me iban a costar más. Me dijo,  mira Ana tienes que hacer solo 5 empujones y la vamos a sacar sin ningún tipo de problema, pero tú verás.Y 

ahí fue cuando decidí hacerlo tal cual estaba, sin ningún tipo de ayuda más.

Pues efectivamente esto, aunque te lo enseñan en las clases de preparto, no sabes si vas a saber hacerlo en ese momento. No tengáis miedo porque las cosas van a ir saliendo poco a poco.

En mi caso creo que lo hice bastante bien. La niña en 15 minutos había nacido sana y salva, y que voy a decir yo, PRECIOSA.

Un saludo.

Ana😄

IMG_20160703_000708_391